LA NATACIÓN UN GRAN DEPORTE
Aprendí a nadar a los 5 años en la casa de una señora que tenía piscina en su casa y daba clases de natación únicamente a niños, mi papá como buen visionario me ingresó a mí y a mi hermana para que aprendiéramos el deporte que nos marcó por el resto de la vida. Recuerdo esas clases con tanto cariño, niños felices en la piscina, ruido, gritos de alegría, chapuzones, mamás admiradas observando nuestros logros y aplaudiendo, el olor a cloro y de fondo se escuchaba la música más maravillosa, “La serpiente de tierra caliente”, “Sammy el heladero” “La canción de las vocales” y otras melodías que hacían de esos momentos tan bellos e importantes, que con el paso del tiempo no los he olvidado, lo que llamamos en pedagogía Aprendizaje significativo.
Posteriormente mi hermana y yo, ingresamos a entrenar a la piscina olímpica, esta tiene 50 metros de largo, 25 de ancho y 3 de fondo, cuando me lanzaba la gente se sorprendía porque yo era muy pequeña y me gustaba sumergirme hasta el fondo. Allí iniciamos un entrenamiento diario que nos brindó no únicamente desarrollo físico, sino también disciplina, competitividad, sacrificio, relajación y paz. Posteriormente experimentamos en diversos deportes acuáticos como waterpolo y nado sincronizado, recuerdo esta experiencia como mucho “sacrificio” creo que sería la palabra correcta.
Toda esta magia de llegar del colegio y salir rápido para ir a entrenar se acabó al crecer y tener otros intereses, cuando dejas atrás la niñez y la adolescencia la vida ya no es la misma.
Muchos años después, en mi experiencia como docente, estando en el salón de clases, escuché una conversación entre mis niños de curso, en la cual Cristian le comentaba a sus compañeritos que sus padres lo habían llevado a una piscina el fin de semana, y esta experiencia la describió a sus compañeritos de la siguiente manera: “Cuando me lancé a la piscina, e ingresé al agua, todo se quedó en silencio, solo escucha un sonido como glu, glu, glu y vi que unas burbujitas subían y bajaban y brillaban, luego salí a tomar aire y lo volví a repetir varias veces”, esta es la descripción más espectacular que he escuchado de la experiencia que se tiene cuando se ingresa al agua.
Por esto y por muchas razones, afirmo que la natación es un gran deporte.
